Del Libre Albedrío Martinista
Hombre de Deseo llamaba Saint - Martin al Iniciado que trabajaba por retornar activamente por volver al Creador o a la Fuente Divina.
Nuestra forma de enunciar estos asuntos será muy sencilla porque entendemos que aunque siempre será actual, porque siempre es humana, en la gran enseñanza del L. C. de S. M. hay algunas complejidades que sería bueno explicar.
Es así entonces que podemos decir en relación a nuestro título, que el ser humano, o el Hombre de Deseo como lo califica el Maestro, que desea volver a su origen, a la fuente, debe tener en cuenta que su personalidad mundana es un gran lastre para elevarse por sobre su propia materia.
Para nadie es secreto, porque todo ser humano lo puede evidenciar, que la Voz Interior puede guiar a cualquier persona hacia su propia realización y lo que queremos hacer aquí en primer lugar, es advertir cómo es posible actuar en consuno con ella sin que el proceso de agudizar el "libre albedrío" se vaya a detener.
Saint - Martin llamó "hombre del torrente" a aquellas personas que viven de forma instintiva y cuya materialidad no permite que fluya de su interior sino los vicios, el interés por la complacencia por la satisfacción de los instintos como motor de la vida... Esta clase de individuos muy de vez en cuando perciben algunas cosas porque debemos decir que TODOS son invitados al banquete de la vida, de la claridad, de la Inteligencia Divina. Pero su energía vital está al servicio de sus instintos y por medio de ellos, a cometer transgresiones en oposición de aquello que en su propia vida es sagrado.
A los "hombres de torrente" no se podrá pedir jamás cuentas porque dilapidan su salud, actúan en contra muchas veces de sus seres queridos o los ponen en riesgo por sus actividades, y en fin, son un riesgo para sí mismos en muchos sentidos.
Al final de cosas, el libre albedrío Martinista es un asunto de estudio dentro del cual es necesario decir, para empezar, que la libertad según se ve en nuestra Orden es bastante relativa si el corazón se mueve encadenado a la materia. Es necesario que el Iniciado pueda luchar contra esa cadena mediante la oración y la meditación.
La libertad, según nuestros Maestros, no se encuentra sino en la Divinidad y solo caminando hacia ella podremos volver a la plenitud de nuestra Divina Fuente.