El Sínodo General de Obispos Gnósticos

Es la reunión internacional de los Obispos Gnósticos de las Iglesias Nacionales. Este poder supremo y soberano regula las actividades y perfila la labor y los temas doctrinales para la proyección de sus arcanos en el el correcto devenir de la Iglesia que es una e indivisible.

La Iglesia Gnóstica sigue de forma rigurosa la doctrina del Gran Maestro Jean Bricaud (Obispo Tau Johannes) patriarca heredero de la Iglesia de Julies Doniel quien proyecta en él un hermosísimo sendero iniciático por medio del cual los Adeptos se adentran en la contemplación y la acción del compromiso secular como una forma de acercarse a lo Divino.

Los pasos del Hermano gnóstico lo harán encontrar en su Iglesia el conocimiento legado por los Maestros gnósticos de la antigüedad provenientes de las épocas pre y cristianas (Egipto y Medio Oriente), del gnosticismo cristiano cátaro y por ende, del templarismo (Francia medieval) que ilumina a la humanidad en este siglo XXI como potente faro de luz espiritual.

En esencia, los cátaros sostenían que el encuentro con aquello que trasciende la aparente realidad en la que se desarrolla el drama cósmico que la Divinidad ha permitido manifestarse, era su único y sagrado objetivo. Los «Maestros Perfectos» o sacerdotes cátaros vivieron para unirse de nuevo con lo que ES, con la verdadera realidad que se encuentra tras todas las apariencias del Universo manifestado. Los «Perfectos» podían ser hombres o mujeres, practicaban el vegetarianismo, el celibato y el rechazo por toda posesión material. En el reino de Languedoc cualquiera podía ser caballero y cualquiera podía unirse a los cátaros, lo cual marca un liberalismo de avanzada que terminó por provocar su exterminio con el orden establecido en los reinos de esa antigua Francia.

La invasión de Languedoc llevó a la total destrucción de esta sociedad que de haberse extendido por el resto de Europa seguramente hubiera cambiado al viejo continente para retornarlo a sus raíces Iniciáticas